Como puente entre Estados Unidos y Sudamérica, México es un país de gran extensión siendo el tercer país más grande de América. Llama la atención su variedad de paisajes, alternando desde las zonas ariscas de montañas y desierto en Sonora hasta las selvas tropicales de Yucatán y las paradisíacas playas a orillas del Mar Caribe al este y el Océano Pacífico al oeste. Con sus más de 3.000 km, Río Grande es la frontera natural con Estados Unidos al norte, mientras que, al sur, México hace frontera con Guatemala y Belice.
Concebido como un destino privilegiado para practicar la pesca de marlin y dorado, México es también conocido por sus opciones de caza, siendo el lugar favorito de muchos cazadores para el carnero del desierto y sus enormes ciervos mula. Existen, además, otras especies de ciervo, puma y pecarí. Por último, México también ofrece impresionantes opciones para los amantes de la pluma, a pesar de ser un tipo de caza poco explotado para extranjeros.
La mayor parte de nuestras cacerías tienen lugar al norte del país, en el estado de Sonora, aunque lugares como Chihuahua, Nuevo León, Durango y Coahuila son también referencias extraordinarias. Las cacerías pueden organizarse en ranchos, algunos de los cuales pertenecen a clientes que han cazando con nosotros previamente, o en reservas donde las densidades de animales han incrementado significativamente en los últimos años a raíz de importantes programas de conservación llevados a cabo.
Normalmente, las cacerías que organizamos en México están enfocadas principalmente a la caza del carnero del desierto o borrego cimarrón, como allí lo llaman, con un total de 8 días completos de caza. Aquellos que lo deseen, tendrán la opción de intentar cazar el ciervo mula, añadiendo un día más de caza si fuera necesario, aunque normalmente el 100% de los cazadores finalizan la cacería antes de los 8 días. Un día típico de caza suele consistir en posicionarse sobre puntos elevados para desde allí localizar la caza y planear la entrada a los animales. Pese al tamaño de los borregos, su localización suele ser complicada por su capacidad de mimetización con el medio y aunque su caza no es tan exigente físicamente como la de sus parientes de Norteamérica, es muy importante que el cazador tenga mucha paciencia. Por otro lado, llegado el caso, los cazadores deben estar preparados para poder resolver limpiamente un lance a más 300 metros. No suele ser lo habitual, pero hay veces que la poca vegetación y los grupos de animales impiden una aproximación mayor que esa. La media de los trofeos que se cazan en terrenos completamente abiertos está en torno a las 160”, no siendo excepcional conseguir trofeos de 170”.
A su llegada a Hermosillo, los cazadores son recibidos por representantes de la compañía, quienes dejan resuelto el tema de las armas con bastante diligencia. Acabado con el papeleo, los cazadores podrán ser trasladados directamente a la zona de caza o bien a un hotel en función de su hora de llegada. Dependiendo del tipo de cacería, los alojamientos varían desde lujosos hoteles hasta campamentos de caza o incluso tiendas de campaña. El equipo de profesionales se compone gente fantástica y los guías de caza son excepcionalmente buenos, haciendo partícipes de la cacería a los cazadores desde el primer momento y localizando la caza de manera única.
La temporada de cazar varía algo en función de las zonas de caza e incluso de un rancho a otro. Sin embargo, generalmente, la temporada suele ir de noviembre a mayo siendo los meses de enero y febrero probablemente los mejores.