Con más de 1.7 millones de km2, Alaska equivale a un quinto del territorio de Estados Unidos, ofreciendo uno de los entornos más salvajes y con unas posibilidades de caza únicas. Actualmente cuenta con más de una docena de especies de caza y, a pesar de que las poblaciones son escasas a consecuencia de la dureza de los inviernos y el elevado número de predadores, cazar en Alaska o en “la última frontera”, constituye una de las experiencias más enriquecedoras que se pueden acometer como cazador.
Alaska es conocida por el tamaño de sus alces y las enormes manadas de caribú durante las épocas de migración, al igual que por las numerosas cadenas montañosas en las que podemos encontrar el carnero de Dall y la cabra de las rocosas. El ciervo de cola negra es común de las zonas más próximas a la costa. Además del muskox, con su apariencia prehistórica, recorre los territorios más occidentales y de la costa ártica. Por último, no debemos olvidar la cantidad de osos, tanto negros como pardos, que podemos encontrar distribuidos por todo el territorio, entre los que destacan los más grandes del mundo.
Aunque muchas zonas de Alaska ofrecen la oportunidad de cazar más de una especie durante una cacería, resulta complicado encontrar un mismo sitio que reúna las condiciones óptimas que nos permita cazar varias especies durante un único viaje. Por ello, es importante que todo cazador que plantee realizar una cacería combinando varias especies, lo haga siempre dándole prioridad a una de ellas, dejando que la cacería siga su curso natural, una vez alcanzado el objetivo principal. En Camino Real Hunting Consultants, a lo largo de los años y de la mano de los outfitters de Alaska, hemos logrado reunir aquellos destinos que ofrecen las condiciones más idóneas para organizar cacerías en las que poder combinar varias especies en un mismo viaje con las mejores expectativas.
La mayor parte de cacerías en Alaska, se realizan en los lugares más remotos y alejados que uno pueda imaginar, con un sistema de carreteras prácticamente inexistente. Así pues, en el 98% de los casos, los cazadores tendrán que acceder a los territorios de caza en avioneta. Se trata de uno de los medios de transporte más utilizados en Alaska y todos los outfitters con los que trabajamos tienen su propia flota. Todas las aeronaves pasan un mantenimiento muy riguroso cada poco tiempo, asegurándose que se cumplen todas las medidas de seguridad correspondientes. A excepción de casos puntuales en la caza de ciervos y osos en algunos bloques de caza, la ley prohíbe estrictamente empezar a cazar hasta las 3:00 am del día siguiente al día en el que se accede al territorio de caza en avioneta, con la intención de que éstas no sirvan de ayuda para localizar la caza. Por ello, los cazadores serán trasladados al área de caza en la víspera al inicio de la cacería.
Aparte de algunas cacerías puntuales, el 95% de las cacerías llevadas a cabo en Alaska se hacen a pie y empleando “fly-camps”. El hecho de ponernos en manos de los mejores outfitters, garantiza que los cazadores siempre tendrán disponibles equipos de última generación, incluyendo tiendas individuales de 2x2 metros con catre y radiadores de aire portátiles para hacer que la estancia en la tienda sea lo más llevadera posible. Los guías de caza harán todo lo que esté en su mano, dentro de lo que les permita la ley, para hacer de la aventura en Alaska, una experiencia única y exitosa. A pesar de ello, es importante gestionar de manera realista las expectativas de lo que cabe esperar en cualquier cacería de Alaska. El mal tiempo, la necesidad de recorrer largas distancias con peso en la mochila, las bajas densidades y lo remoto del territorio obliga a cualquier cazador que pretenda acometer una cacería de este nivel, a prepararse mental y físicamente de la forma más apropiada para poder disfrutar realmente de una experiencia así.