Localizado entre Asia Occidental y Oriental, Azerbaiyán limita al este con el Mar Caspio, al norte con Rusia, al noroeste con Georgia, al oeste con Armenia y al sur con Irán. Es un país en el que dos tercios de su superficie cuentan con yacimiento de petróleo, lo que le ha servido para avanzar tremendamente en los últimos años. Nada tiene que ver con el país que conocimos la primera vez que fuimos en el año 2004.
El Cáucaso, que se extiende desde las federaciones del sur de Rusia en su vertiente norte hasta casi el Mar Caspio, corta Azerbaiyán en su vertiente sur de noroeste a sudeste, formando una de las cadenas montañosas más espectaculares del mundo, no por su altitud media, que oscila entre los 2.500 – 3.400 metros, sino por lo quebrado de su relieve.
La cacería son 5 días completos de caza, tiempo suficiente para dar con los tures en circunstancias normales y siempre en 1x1. A su llegada a Bakú, los cazadores son recibidos por personal de la organización y en función de la hora de llegada, podrán desplazarse directamente a la zona de caza. Se tarda entre 6 y 8 horas en coche, parando a tomar algo y estirar las piernas. Llegados al último pueblo, situado al pie de las montañas, los cazadores son recibidos por el equipo de guías, poniendo rumbo al refugio principal. Este trayecto normalmente se hace a caballo, aunque puede ser que opten por subir en un antiguo camión soviético. La subida suele durar 3 horas aproximadamente y a mitad de trayecto se para a comprobar los rifles. El refugio, un antiguo chozo de pastores, aunque precario, cumple su función perfectamente. Cuenta con un generador y el cocinero, curtido del sol de la montaña, siempre está pendiente de que no falte de nada. Al día siguiente, el cazador y su grupo de guías saldrán del refugio, ya a pie, y no volverán hasta concluir la cacería o porque, con motivo de cambiar de zona de caza, se decida pasar por allí a pasar la noche. Así pues, se trata de una cacería tipo “fly camp” en la que se duerme en tiendas de campaña. Las distancias en la montaña son enormes y el hecho de subir y bajar todos los días, supondría perder mucho tiempo.
La temporada se extiende oficialmente de junio a octubre y como en todas las cacerías del mundo, generalmente lo más conveniente suele ser ir al principio. Sin embargo, no es en absoluto determinante. La montaña es la que manda y de un año a otro, el tiempo es el factor que más influye sobre qué época resulta ser mejor.
Es de vital importancia que los cazadores que quieran acometer una cacería de este calibre, considerada por muchos, como la más dura del mundo, hagan caso de nuestras sugerencias y se preparen adecuadamente tanto físicamente como practicando con el rifle. Desde casa, las cosas se ven fáciles, pero allí las cosas cambian cuando se localizan los tures y uno ve hasta donde tiene que subir, y por donde va a tener que hacerlo. Es mucho esfuerzo y sacrificio el que se pone en una aventura de estas dimensiones y de nada sirve si no se va allí a disfrutar de la cacería más exigente del mundo, algo que sólo se consigue yendo perfectamente entrenado.
Nuestra experiencia, con más de 15 años mandando cazadores y cazando personalmente aquellas montañas, nos dice que esta es una cacería que en ninguna circunstancia se puede acometer en 2x1. Los días son limitados y factores como la lluvia o la niebla, poco previsibles pero muy propias del Cáucaso, pueden dejar a uno sin cazar 2 días, limitando así las posibilidades de éxito drásticamente en el caso de 2 cazadores yendo juntos. Por ello, y con el objetivo de aumentar las opciones de éxito, sólo ofrecemos cacerías en 1x1 con un máximo de 3 cazadores por grupo.